Madeira, una pequeña joya en el atlántico

Escrito el 2 de Agosto de 2010 por turisticut

Una de las grandes atracciones por las que cruzar el Atlántico hasta la isla de Madeira son sus bosques de laurisilva, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999. La laurisilva es una formación de tipo subtropical predominantemente arbórea, cuya gran masa de hojas favorece la condensación de las nieblas produciéndose una lluvia local al pie de cada árbol que se conoce como precipitación horizontal. En otras palabras, cada árbol cuenta con su propia lluvia particular.

Además de las paradisíacas playas y de su extensa vegetación, que le otorgan durante todo el año un aspecto verde o de eterna primavera, Madeira y más concretamente su capital, Funchal, ofrecen al turista la oportunidad de conocer la primera ciudad fundada por los portugueses en el Atlántico fuera de la propia Portugal continental. Un paseo por sus calles y monumentos nos constata su historia.

La vieja ciudad creció alrededor del núcleo histórico de Santa María, donde se alzan las fortalezas de Sao Tiago y el Corpo Santo. Destaca también la Sé do Funchal (Catedral), un edificio del siglo XV; el Convento de Santa Clara, donde yacen los restos del descubridor de la isla, Joao Gonçalbes Zarcos; el Palacio de San Loureço, del siglo XVII; la bodega-museo de San Francisco o su impresionante Jardín Botánico, cita ineludible para los amantes de la botánica.

Vía dondeviajar.com

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