Zugarramurdi, el pueblo de las brujas

Escrito el 6 de Enero de 2011 por turisticut

Zugarramurdi es un pequeño poblado situado en la región de los Pirineos, dentro de la Comunidad Foral de Navarra, allí se respira misterio y magia. Este lugar es conocido como “el pueblo de las brujas”, ya que es sabido que en el siglo XVII muchas fueron acusadas de brujería y condenadas a la hoguera por esto.

Todo comenzó cuando una joven del pueblo declaró que en sus sueños había volado y había podido ver a varios habitantes del pueblo participando en akelarres (este el nombre que recibía el lugar donde las brujas celebraban sus reuniones, que en vasco significa “prado del macho cabrío”, en referencia al fauno Akerbeltz). Al poco tiempo acudió a la Santa Inquisición y procesó a cuarenta vecinas acusadas de ser brujas de Zugarramurdi y condenó a doce de ellas a morir en la hoguera

Al entrar al pueblo se encuentra la plaza principal y se pueden ver muchas de las casas que pertenecieron a estas supuestas “brujas” de hace 400 años. A modo de juego, el visitante puede buscar las diez cruces que la Iglesia colocó para proteger al pueblo y que todavía se encuentran de pie en las calles del pueblo.

Siguiendo el Arroyo del Infierno (ya nadie recuerda quién le puso ese nombre), se encuentran las cuevas del        akelarre. En el prado de la entrada se juntaban brujas y brujos, y hacían los sacrificios de animales que les eran requeridos. Hay una tabla que nombra e indica la edad de las hechiceras: la mayoría rondaba los 20 años pero también las había mayores, de 80 años más o menos.

Pero esta no es la única historia que guardan estas cuevas ya que en tiempos más cercanos fueron el refugio perfecto de los contrabandistas de tabaco, vino o chocolate.

Para revivir el relato, en el viejo hospital se instaló el Museo de las Brujas de Zugarramurdi, la compra de entradas puede hacerse directamente en el lugar.

Todos los 18 de agosto, el pueblo y aquellos turistas que lo deseen, pueden celebrar con una comida popular en el interior de las cuevas, la ziriko-jatea, para recordar y compartir la historia del lugar.

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