La Ciudad Prohibida se comenzó a construir en 1406 durante la Dinastía Ming, y tomó 14 años completarla. Se alza exactamente en el medio de la antigua Pekín, y fue el centro nervioso político de China hasta el final de la era dinástica. En total, fue el hogar de 24 emperadores Ming y Qing.
En el corazón de Beijing (antes Pekín) se encuentra la Ciudad Prohibida, quizá el mayor conjunto de palacios del mundo y un símbolo impresionante del pasado imperial chino. Fue la residencia de los emperadores desde principios del siglo XV hasta 1911, cuando llegó la revolución china, fin de la era imperial.
En la tradición antigua, cada emperador gobernaba por mandato del cielo. En China, la tríada cósmica estaba formada por el Cielo, la Tierra y el Hombre. El hombre-emperador era hijo del cielo y el enlace para traer orden y armonía. El estado ideal necesario era lograr total equilibrio y armonía: la ciudad prohibida con su simetría, orden, jerarquía y esplendor era el símbolo y reflejo de aquel estado.
Para emplazar las ciudades jerárquicas, los chinos usaban la geomancia, un arte tradicional que indicaba cómo situar casas, tumbas, arboledas, plazas, en armonía con la energía vital de la tierra. A esa capacidad especial se la denominaba Feng-Shuz, viento y agua.
Los últimos vestigios del Imperio fueron representados por la emperatriz viuda Tse-hzl, que reinó desde 1834 a 1908 y entonces nombró emperador a P’Uyz” cuando el niño tenía 3 años.
La Ciudad Prohibida, donde ahora está el Museo del Palacio Imperial, presenta la majestuosidad de la capital imperial, de unos 800 años de antigüedad, con un encanto irresistible. Encierra, al mismo tiempo, la flor y nata de la civilización china, de unos 5.000 años de historia. No sólo es un prodigio mundial y un tesoro nacional, sino también el alma inmortal de esta ciudad perenne.
El Palacio Imperial, con una superficie total de 720.000 metros cuadrados, posee más de 9.000 salones, salas y habitaciones. Está dividido en dos partes principales , y su distribución es simétrica, con un eje central en sentido Norte-Sur. En la “Corte Exterior” de la Ciudad Prohibida, los emperadores expedían edictos y decretos y concedían audiencia a los ministros, además de celebrarse ceremonias y grandes fiestas. La “Corte Interior” era la residencia del emperador, con su esposa y concubinas.
En la “Corte Exterior”, las principales construcciones son tres pabellones: Taihe (Armonía Suprema), Zhonghe (Armonía Central) y Baohe (Armonía Preservada). El pabellón Taihe, de 60 metros de ancho, 33 metros de largo, y 35 metros de alto, es la construcción más alta en este complejo arquitectónico, y fue el lugar donde se celebraba la entronización del emperador, y los monarcas daban audiencias a los ministros y presidían las ceremonias importantes.
Los edificios del medio albergaban a la aristocracia china. El amarillo -color real- dominaba los techos. En cada esquina del techo había pequeñas estatuillas, y el número representaba el estatus social del propietario. La residencia del emperador tenía nueve estatuillas, ya que diez simbolizaban el cielo, y eran usadas sólo en los edificios más sagrados de toda la ciudad.
Está rodeada por un foso de seis metros de profundidad, y paredes de diez metros de altura lo suficientemente gruesas como para resistir los ataques de cañones. El Palacio Imperial está incluido en la lista del Patrimonio Cultural Mundial de la UNESCO.
Vía Planeta Sedna