Os propongo una Ruta de cañas y barro por la Albufera que espero podáis disfrutar.
El paisaje de la Albufera (“pequeño mar”, en árabe) ha ido variando a lo largo de los siglos. Pero este lugar de ensueño continúa dejándonos estampas inolvidables como la del lago separado del mar por un cordón de dunas y pinos, matizado por los reflejos rojizos de la puesta de sol; o la bella estampa de sus pequeñas barquitas, las albuferencs, junto a otras mayores, las catarrogines, quietas en el agua.
Es imprescindible, tras el paseo en barca, recalar en la isla de El Palmar, rodeada de arrozales, donde se pueden admirar algunas de las antiguas barracas que aún quedan en pie y entrar en el taller de un calafateador, artesano de las embarcaciones tradicionales. También es parada obligada la lonja, donde se puede comprar el pescado traído de las aguas de la Albufera.
En El Saler, otro de los pueblecitos de la Albufera, sus playas, restaurantes y alojamientos ofrecen la oportunidad de adentrarse en el mundo que noveló Blasco Ibáñez en Cañas y barro. Un oasis costumbrista a sólo 11 kilómetros de la moderna ciudad de Valencia, una de las ciudades más atractivas de España, donde es imprescindible conocer la moderna Ciudad de las Artes y las Ciencias y la Lonja de la Seda, la mayor representación valenciana del gótico civil, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Vía Hola.com