Liérganes es uno de esos lugares mágicos que el viajero no puede dejar de visitar si se encuentra en tierras cántabras. Y es que la belleza de sus paisajes, su centro histórico salpicado de palacios y casas blasonadas, y una de las historias más increíbles que puedas imaginar, convierten a este lugar en un destino único.
Recorriendo el paseo del Hombre Pez, a orillas del río Miera, encontraremos una estatua que representa a Francisco de la Vega Casar, más conocido como el hombre-pez, protagonista de una leyenda que, sin duda, sorprenderá al viajero.
Esta increíble historia comienza en el año 1656 cuando nace este personaje que, desde pequeño, ya era habitual verle a todas horas nadando en las frías aguas del río Miera. A la edad de 16 años fue enviado al País Vasco para aprender el oficio de carpintero pero al poco tiempo desapareció en las costas del Cantábrico.
No se supo nada de él hasta pasados cinco años, cuando unos pescadores que faenaban en las costas de Cádiz, lo encontraron. Los pescadores no daban crédito al insólito hallazgo ya que se trataba de un hombre al cual le habían salido escamas en el cuerpo y tenía los dedos unidos por una membrana.
Tras muchos esfuerzos descubrieron que era de Liérganes y lo condujeron de vuelta a su localidad natal. Allí vivió dos años en los que apenas hablaba, solamente emitía sonidos guturales y comía pescado crudo. Un buen día se lanzó a las aguas del Miera y desapareció para siempre.
Sin duda, una historia alucinante que, según se deduce de algunas investigaciones, pudo ser real. Una leyenda que te atrapará, al igual que el puente romano de Liérganes del año 1587, su bonito casco histórico, sus paisajes, y su exquisita gastronomía.
Vía Dónde viajamos