“cualquier turista extranjero alucina literalmente si se le coloca en cualquier ciudad andaluza en Semana Santa”.
El Servicio de Estudios Económicos del BBVA ha realizado un análisis atípico sobre los efectos del Año Xacobeo para la economía gallega. El estudio presenta unas previsiones de crecimiento del PIB gallego entre 5 y 6 décimas para este año, 2 décimas para el siguiente y una décima adicional para el 2012. Estas previsiones se sustentan fundamentalmente en la mejora de los indicadores turísticos de Galicia, mejora de los índices de ocupación y por tanto, potenciación del atractivo de Galicia para el turismo nacional y extranjero.
Con esta tesis, toda la geografía española está plagada de acontecimientos festivo-religiosos que se podían potenciar más aún en la misma línea que se hace con el año Xacobeo en Galicia. Pienso fundamentalmente en celebraciones tan típicas como la Semana Santa, bastante extendida por toda la geografía hispana, acontecimientos primaverales religiosos como las romerías del Rocío, Virgen de la Cabeza, celebraciones del Corpus y bastantes fiestas menores en esta línea que se podrían exportar como reclamo turístico fuera de nuestras fronteras.
Es obvio que vivimos en un estado aconfesional, pero también es obvio cómo cualquier turista extranjero alucina literalmente si se le coloca en cualquier ciudad andaluza en Semana Santa. Sin ir más lejos, la actividad económica que gira alrededor de la Semana Santa no es despreciable, pero tiene como asignatura pendiente la atracción turística de esta fiesta fuera de nuestras fronteras.
La combinación turística de los recursos de España, tanto en patrimonio histórico, natural y ocupación hotelera, complementados con las tradiciones festivas, tienen que ser una vía a explotar más y mejor fuera de nuestras fronteras. Los indicadores de turismo mejoran levemente pero no se terminan de comercializar en el ámbito internacional todos los eventos que existen en nuestro país.
El turismo genera sinergias en todos los aspectos económicos de las zonas favorecidas y ahí, jugando con el turismo religioso festivo, podemos comenzar a recuperar fuerza rompiendo también de manera tangencial con el turismo de sol y playa, recurso que comienza a estar caduco para nuestros turistas europeos.
Vía elblogsalmon.com