La majestuosa cordillera del Himalaya extiende su impresionante trazado a lo largo de China, India, Nepal, Tíbet, Pakistán y Bután. La “morada de las nieves eternas” acoge algunos de los picos más altos del planeta, incluyendo al conocido como el “techo del mundo, el monte Everest, de 8.848 metros sobre el nivel del mar y uno de los ochomiles más deseados y soñado por los apinistas de todo el mundo.
Los escaladores novatos pueden optar por hacer trekking por las laderas del Himalaya, rutas que alcanzan hasta 2.000 metros de altura, aunque también existen rutas de trekking para los más expertos que llegan hasta los 6.000 metros y requieren de una excelente forma física y buenos conocimientos de la alta montaña. A partir de los 7.000 m ya se habla de ruta alpina, y se necesita un certificado médico para realizarla.
Escalar el Everest son palabras mayores. El ascenso requiere experiencia de una gran experiencia en escalada y conocimiento de alta montaña, de sólidas habilidades alpinas y una excelente condición física, además de dedicación y determinación.
La mejor estación del año para escalar con éxito el Everest es la primavera, por la ruta sur. La ruta del norte es técnicamente más difícil, sobre todo en alta montaña. Nos acompañará un clima progresivamente más calido a medida que nos acercamos a la cumbre y pendientes más estables debido a que los vientos del invierno se han llevado gran parte de la nieve, reduciendo significativamente el riesgo de avalancha.
Sea como sea, escalar cualquiera de las montañas del Himalaya es una ventura considerable.