Cuando el día y la noche tiene la misma duración es cuando Oslo se prepara. Las luces eléctricas se apagan y a lo largo del río Akerselva, desde Maridalsvannet hasta Vaterland, se encienden aproximadamente 3.500 antorchas. Ha llegado el equinoccio, Imaginate el momento místico, y para darle un poco más de magia, se pueden escuchar además coros , música clásica, jazz o incluso ver grupos de danza, duendes y tragafuegos.
Hasta 1925 la ciudad de Oslo se llamaba Cristianía, nombre que le dio el rey Cristian IV cuando la reconstruyó en 1624 tras un incendio.
Un vikingo era alguien que se aventuraba a hacer viajes comerciales transoceanicos, aunque posteriormente se llamaron vikingos a todos los habitantes de Escandinavia. Construian barcos muy rápidos, eran excelentes marineros y unos adelantados a su tiempo.
La ciuda de Oslo es una ciudad con un gran número de parques y museos que visitar. La fortaleza de Akershus, en el centro de Oslo, es un antiguo castillo medieval muy bien conservado (sus mazmorras fueron utilizadas por los nazis en la II Guerra MUndial como prisión). Muy cerca tienes Kvadraturen, la zona renacentista que se reconstruyó tras el gran incendio El Museo de los Barcos Vikingos es un lugar increíble dónde podrás ver los barcos originales mejor conservados del mundo. Por último no dejes de pasear por el Parque Vigeland entre estanques, bosques y esculturas
No puedes perderte el Museo Munch. Encontraras su obra más famosa, El Grito. Por cierto la entrada es gratis del 1 de octubre al 31 de marzo.
Oslo es una ciudad cara, pero si buscas, hay cabida para precios económicos.
Vía Miss Viajes