Béjar es una bonita ciudad de Salamanca que destaca, entre otras cosas, por estar situada en un enclave privilegiado, en la falda de la sierra que lleva su mismo nombre. Esto, unido a un rico patrimonio arquitectónico, una rica gastronomía y unas arraigadas tradiciones, la convierten en un destino muy atractivo para realizar una escapada.
Dar un paseo por esta bonita ciudad es obligado ya que encontrarás auténticas joyas como el Palacio de los Duques de Béjar, declarado Monumento Nacional; el antiguo convento de San Francisco, fundado por esta orden en el siglo XIII; varias iglesias de origen románico entre las cuales tenemos que destacar Santa María la Mayor, principal templo de la ciudad o restos de murallas que, levantadas por los musulmanes y reforzadas por Alfonso VIII, se encuentran escondidas en algunas casas o jardines. No te olvides de visitar el Museo Mateo Hernández que, instalado en la antigua iglesia de San Gil, alberga importantes colecciones de pintura.
Ya, en las afueras de la ciudad, un rincón de increíble belleza y que no te puedes perder es la villa de recreo “El Bosque”, un auténtico capricho italiano de Francisco Zúñiga y Sotomayor, Duque de Béjar, que pretendió reproducir un típico jardín renacentista italiano. Así nació esta quinta de verano donde, los bosques, lagos, templetes clásicos y fuentes forman un lugar único considerado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Jardín Histórico.
También en las afueras de la ciudad se encuentra una de las zonas más preciadas por los bejaranos, el Monte de El Castañar. Cuentan que aquí se apareció la Virgen María al pastor Joaquín en el año 1446, hecho que propició que se levantara un santuario el cual alberga la talla de Nuestra Señora del Castañar. Todos los 8 de septiembre hasta aquí suben los lugareños en romería para festejar a su patrona. En las inmediaciones, en la Plaza de toros, considerada la más antigua de España, se celebran espectáculos taurinos.
La visita a Béjar sería incompleta si no visitaras otras de sus bonitas zonas verdes, el Parque forestal de Monte Mario donde se encuentra la iglesia Nuestra Señora del Pilar, objeto de gran devoción. Y a tres kilómetros de la ciudad está situado el Tranco del Diablo, un tajo excavado por el río Cuerpo de Hombre cuyas aguas forman una cascada espectacular entre dos peñascos. Un auténtico paraíso.
Cualquier momento es bueno para visitar esta ciudad de la sierra salmantina, pero si realmente quieres ser partícipe de una de las fiestas más curiosas de la zona, no dudes en dejarte caer por aquí el domingo siguiente al jueves del Corpus. Este día tiene lugar la fiesta de los Hombres del Musgo, que rememora la leyenda de don Yuste, un caudillo cristiano que reconquistó la ciudad un 17 de junio bajando desde el monte oculto por la niebla y cubierto de musgo. En estas fiestas se recoge la hierba que conformará el traje de los seis hombres que, desde primeras horas de la mañana, recorrerán la ciudad.
Vía Dónde viajamos