Laos, un viaje al costumbrismo de Indochina

Escrito el 10 de Octubre de 2011 por turisticut

Armonioso y tranquilo, Laos es uno de los pocos lugares donde todavía se puede descubrir el estilo de vida tradicional del sudeste asiático. Ante todo es un viaje al costumbrismo de Indochina, aunque pese a no tener grandes monumentos, ni grandes ciudades, ni montañas que escalar… Laos tiene mucho que enseñar.

Sólo el 20% de la población vive en las ciudades, unas urbes que se podrían definir como pueblos grandes, sin problemas de tráfico ni masificación. Las agujas doradas de las estupas y los tejados puntiagos de los templos budistas son un reflejo de una sociedad ante todo volcada en la religión (como  la estupa de That Louang en Vientiane o Wat That Luang en la segunda).

Laos ofrece un paisaje muy variado: al sur los campos de arroz en terrazas, campos de café y cardamomo en el altiplano de Bolovens, siguiendo el Mekong una desbordante vegetación invade el paisaje para al final tropezar con las cataratas de la isla de Khone, casi en la frontera con Camboya.

Consejos de viaje

  • El laosiano es tranquilo y feliz, hasta tal punto que a veces no prestan atención a lo que solicitas. Las confusiones con el cliente se dan a menudo, pero son tan buena gente, amables y cordiales que se les perdona todo. Ten un poco de paciencia.

Curiosidades

  • No te extrañes si ves puestos con baguettes de pan. Son una prueba de la influencia de los franceses en su etapa de colonización del país.
  • La tribu de alak, localizados en el altiplano de Bolovens, mantienen la tradición ancestral de construir el ataúd a cada uno de los miembros de la familia y guardarlo para cuando llegue el momento de su muerte. Quizás también deberíamos hacerlo nosotros para recordarnos que efímera es la vida, verdad ?

Vía MisViajes.com

Foto: tempsdoci.com

Un viaje a la Conchinchina

Escrito el 23 de Junio de 2010 por turisticut

Estoy segura de que alguna vez, escuchando los relatos de algún viajero, has oído decir “Aquello estaba en la Conchinchina”, refiriéndose a algún lugar situado realmente lejos, muy, muy lejos. La expresión parece inventada, ¿verdad? Pues no, la Conchinchina existe.

Conchinchina (Cochinchine, en francés) está situada en la zona meridional de Vietnam, al sur de Camboya, y ocupa la zona del delta del Mekong, la cual le confiere una extraordinaria riqueza arrocera. Abierta al Mar de China Meridional y al golfo de Tailandia, su clima es monzónico, con una temporada de fuertes tormentas acompañadas de abundantes lluvias.

Esta zona fue bautizada así por los franceses, durante su invasión en 1787. La Conchinchina comprendía buena parte de la actual Vietnam, y su capital era Saigón. En el antiguo edificio del gobierno de la Conchinchina  hoy funciona un museo de la historia Vietnamita, y en él todavía se lleva a cabo una vieja tradición: los recién casados se fotografían, vestidos de novios, junto a la fachada del edificio.

Desde el fin de la guerra entre Vietnam y Estados Unidos, hace más de treinta años, Saigón ya no se llama Saigón. Ahora se llama Ho Chi Minh City; sin embargo, mientras uno recorre sus calles en moto y come rollitos nem bebiendo cervezas en el mercado de la ciudad, vuelve la idea de estar en la Conchinchina. En un lugar lejano como hay pocos.

La vida comercial en la vieja Saigón no tiene pausa. Se puede conseguir casi de todo, durante las veinticuatro horas. Desde maletas falsificadas y pastillas para dormir, hasta un buen masaje a seis manos, con tres Vietnamitas esparciéndote aceites mientras ríen en un idioma que no entiendes, pero que también te da risa, o más bien, cosquillitas. En la ciudad no hay discotecas, así que las fiestas de los hoteles cinco estrellas son las mejores de la ciudad.

En el Mekong se ven casas flotantes, ferias flotantes, barrios flotantes, familias flotantes, hay tanto movimiento que no hay cifras exactas de su población flotante. El delta más famoso de Asia, plagado de huertos y pantanos y arrozales, se extiende de los límites de la ciudad de Ho Chi Minh en dirección sudoeste hacia el golfo de Tailandia. Para visitarlo, en cualquier oficina de turismo venden viajes de uno, dos, tres, cinco y hasta quince días, donde se puede recorrer arrozales y fotografiar la típica postal de los campesinos bajo esos sombreros cónicos, los Non La. Cuando llega a Vietnam, el río Mekong ya ha recorrido más de cuatro mil kilómetros de Asia, naciendo en la meseta tibetana, pasando por China, bordeando Birmania y rodeando Laos, la frontera tailandesa antes de cruzar Camboya.

Como verás, la Conchinchina no está tan lejos como pensábamos, o quizá nosotros cada vez  vamos más lejos.

Vía La Prensa Gráfica

Enlace wikipedia