Escrito el 10 de Febrero de 2011 por turisticut
Ibiza es una isla especial, un verdadero paraíso tal como pueden atestiguar los millones de personas que pasan por la isla blanca cada año desde todos los rincones del mundo. Pero no hay que ser un eremita ni esperar a que llegue el verano para venir a esta isla, porque, aunque no suele haber tanta afluencia de gente fuera de los meses de verano, Ibiza tiene infinidad de sitios para visitar y que seguro que son capaces de sorprender a cualquier clase de viajero así que si quieres disfrutar con todo lo que este destino ofrece, puedes buscar entre los muchos vuelos baratos a Ibiza que hay durante todo el año. En el mismo aeropuerto puedes alquilarte un coche para recorrer la isla a fondo.
La primavera es una buena época para visitar Ibiza, donde la explosión de sus flores inundan sus zonas verdes y naturales, cuando las temperaturas comienzan a subir y los días son más largos e invitan a dejarse perder por todos esos rincones que tan característicos hacen a este lugar, más famoso por sus largas fiestas estivales que por otras bonanzas.
Es un destino para visitar en cualquier estación del año, dado que sus actividades no se centran solo en el verano sino que en cualquier época podemos disfrutar de la isla y de sus recursos turísticos, capaces de satisfacer a los viajeros más exigentes.
La arqueología es uno de los puntos fuertes en cuanto a alternativas que se salgan fuera de lo común y aquí podremos conocer los diferentes yacimientos de los pueblos que han pasado por aquí a lo largo de los siglos como han podido ser los cartagineses, romanos y árabes, los cuales han dejado un importante legado histórico cultural y que hoy en día Ibiza comparte con todo aquel que se anime a viajar a este destino.
Vía Absolut Ibiza
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Escrito el 6 de Noviembre de 2010 por turisticut
Béjar es una bonita ciudad de Salamanca que destaca, entre otras cosas, por estar situada en un enclave privilegiado, en la falda de la sierra que lleva su mismo nombre. Esto, unido a un rico patrimonio arquitectónico, una rica gastronomía y unas arraigadas tradiciones, la convierten en un destino muy atractivo para realizar una escapada.
Dar un paseo por esta bonita ciudad es obligado ya que encontrarás auténticas joyas como el Palacio de los Duques de Béjar, declarado Monumento Nacional; el antiguo convento de San Francisco, fundado por esta orden en el siglo XIII; varias iglesias de origen románico entre las cuales tenemos que destacar Santa María la Mayor, principal templo de la ciudad o restos de murallas que, levantadas por los musulmanes y reforzadas por Alfonso VIII, se encuentran escondidas en algunas casas o jardines. No te olvides de visitar el Museo Mateo Hernández que, instalado en la antigua iglesia de San Gil, alberga importantes colecciones de pintura.
Ya, en las afueras de la ciudad, un rincón de increíble belleza y que no te puedes perder es la villa de recreo “El Bosque”, un auténtico capricho italiano de Francisco Zúñiga y Sotomayor, Duque de Béjar, que pretendió reproducir un típico jardín renacentista italiano. Así nació esta quinta de verano donde, los bosques, lagos, templetes clásicos y fuentes forman un lugar único considerado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Jardín Histórico.
También en las afueras de la ciudad se encuentra una de las zonas más preciadas por los bejaranos, el Monte de El Castañar. Cuentan que aquí se apareció la Virgen María al pastor Joaquín en el año 1446, hecho que propició que se levantara un santuario el cual alberga la talla de Nuestra Señora del Castañar. Todos los 8 de septiembre hasta aquí suben los lugareños en romería para festejar a su patrona. En las inmediaciones, en la Plaza de toros, considerada la más antigua de España, se celebran espectáculos taurinos.
La visita a Béjar sería incompleta si no visitaras otras de sus bonitas zonas verdes, el Parque forestal de Monte Mario donde se encuentra la iglesia Nuestra Señora del Pilar, objeto de gran devoción. Y a tres kilómetros de la ciudad está situado el Tranco del Diablo, un tajo excavado por el río Cuerpo de Hombre cuyas aguas forman una cascada espectacular entre dos peñascos. Un auténtico paraíso.
Cualquier momento es bueno para visitar esta ciudad de la sierra salmantina, pero si realmente quieres ser partícipe de una de las fiestas más curiosas de la zona, no dudes en dejarte caer por aquí el domingo siguiente al jueves del Corpus. Este día tiene lugar la fiesta de los Hombres del Musgo, que rememora la leyenda de don Yuste, un caudillo cristiano que reconquistó la ciudad un 17 de junio bajando desde el monte oculto por la niebla y cubierto de musgo. En estas fiestas se recoge la hierba que conformará el traje de los seis hombres que, desde primeras horas de la mañana, recorrerán la ciudad.
Vía Dónde viajamos
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Escrito el 24 de Febrero de 2010 por turisticut
Alicante quiere convertirse en el primer destino turístico de toda Europa para personas celíacas, una especie de paraíso para los turistas celíacos.
Con ese objetivo ha nacido el “Club de restauración para celíacos“, una iniciativa pionera en España a la que de momento se han adherido 13 restaurantes de Alicante y 70 en el conjunto de la Comunidad Valenciana. Estos establecimientos garantizan “que su oferta gastronómica, o parte de ella, está adaptada a las personas que padecen este trastorno alimenticio”, caracterizado por la intolerancia al gluten, según declaraciones de la presidenta de Acecova (Asociación de Celíacos de la Comunidad Valenciana), Isabel Tegedor.
El sector turístico de la Costa Blanca espera con esta iniciativa llegar a un mercado potencial de clientes “que sobrepasa los siete millones y medio de personas en toda Europa”, según cálculos del presidente de la Asociación provincial de Empresarios de Hostelería en Alicante, José Izquierdo. “No hay que olvidar que esta enfermedad afecta en España a 400.000 personas y a más de dos millones y medio de europeos. Se trata de gente que cuando viaja, junto con su familia, el principal criterio a la hora de elegir hotel o restaurante es la atención que se va a dispensar en él al celíaco”. Con este proyecto, detalla Isabel Tegedor, se pretende crear “una red de establecimientos que garantice que no haya ningún punto de la Comunidad alejado más de 20 kilómetros de algún restaurante preparado para los celíacos”. Al margen de los 70 restaurantes que se han sumado en la Comunidad, “hay otros veinte en lista de espera”, afirma Izquierdo. Todos los establecimientos “han recibido información detallada sobre los productos que puede consumir un celíaco. Además, se han impartido cursos a todo el personal de los restaurantes, desde cocineros a camareros, para enseñarles a cocinar los platos y evitar posibles contaminaciones cruzadas”.
Dentro de la campaña de difusión se va a poner en marcha una página web (www.restauracionparaceliacoscv.com) y se ha editado una guía de bolsillo, en castellano e inglés, con los restaurantes que conforman el club. En ella se especifica, además de los datos propios del establecimiento, si su carta está adaptada a celíacos o si ofrece menús especiales. También se recogen los precios, que oscilan entre los 5 y los 35 euros. Esta guía será presentada, próximamente, en el marco de un encuentro que se celebrará en Valencia y que reunirá a asociaciones de celíacos de toda Europa.
Vía viajaryviajar
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Escrito el 4 de Enero de 2010 por turisticut
Costa Rica sigue siendo un destino inexplorado por el turismo en masa y uno de los sitios más exóticos en el mundo.
Puerto Viejo, un pequeño pueblo caribeño cercano a la frontera de Costa Rica con Panamá, es quizá el secreto mejor guardado del Caribe. Todavía no está contaminado por el asfalto ni el cemento de los estrellados hoteles “todo incluido”, ni sobrepoblado por turistas cariblancos con relleno abdominal, o parejas en intensa luna de miel. Aquí sólo existe un cajero electrónico, el trasporte de moda son las bicicletas con freno de pedal y canastilla de acero, la bebida típica es la popular hiel, un refresco de jengibre con generosas gotas de limón, y el almuerzo tradicional es el casero rice and beans, sabroso arroz con frijoles negros cocido con agua de coco. Y definitivamente, el deporte oficial es el surf. Aquí, el Caribe muestra sin caretas todos sus matices y colores para una relajada visita, más excitante aún si sabemos que en este auténtico paraíso podemos enfrentar la ola más potente de Costa Rica, la popular Salsa Brava.
A Puerto Viejo se llega desde San José tras cuatro horas de viaje observando el exuberante bosque lluvioso del Parque Nacional Braulio Carrillo, decenas de pequeñas casas de colores al borde de la carretera, enormes reptiles tomando sol a la orilla de ríos cristalinos, y extensas plantaciones de banano, cocoteros y café, uno de los mejores del mundo. Así es Costa Rica, un país rebosante de vegetación en cada rincón, ángulo o punto cardinal. Crecen árboles y plantas en las delgadas fisuras de las veredas y pistas, musgo en las ventanas de los microbuses, y hasta hojas en las maderas que cercan sus campos. Y no es exageración.
El camino asfaltado termina acá. La principal avenida que cruza todo el pueblo está afirmada con pequeñas piedras y hay un par de calles que la cruzan hasta perderse en las olas. Eso es todo. La mayoría de hoteles o cabinas se han instalado al borde del mar y se encuentran dispersos en alguna de las cinco playas que hay en Puerto Viejo de Talamanca. La de mayor diversión es la zona de Salsa Brava, en el corazón del puerto y frente al legendario bar Stanford, desde donde se ve toda la acción.
Hace no más de 60 años, cuando la discriminación hacia la población negra de Costa Rica aún no era desterrada, esta zona del Caribe sur estaba completamente relegada. Y se puede decir que la enérgica ola de Salsa Brava fue la que le abrió las puertas a este rincón olvidado por el hombre. Llegó 1949 y los descendientes de jamaiquinos y afrocaribeños que vivían en esta tierra por fin se pudieron movilizar libremente por todo el país, y viceversa. Aunque las pequeñas comodidades como la electricidad, el asfalto y las líneas de teléfono tardaron en llegar, esto nunca fue un impedimento para que las tribus de surfistas de todo el mundo buscaran la manera de plantarse con su tabla en este pedazo de Caribe.
En un inicio llegar a Puerto Viejo era una odisea de una semana viajando en los destartalados buses interprovinciales e intercalando el recorrido sobre ligeras canoas que atravesaban algunos ríos. Ahora se llega en pocas horas desde San José, la capital; los caribeños abrieron sus puertas al turismo, y es muy fácil encontrar excelentes locales con vista al mar turquesa donde el calypso y el reggae fluyen suavemente al caer la tarde. Sin embargo, la ola sigue siendo la misma.
Vía viajeros.com
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