Belém, la metrópolis de la Amazonia

Escrito el 30 de Agosto de 2010 por turisticut

Belém do Pará es la capital del estado de Pará, situada en el norte de Brasil cerca de la desembocadura del Amazonas. Conocida como la “Metrópolis de la Amazonia tiene una rica y variada historia desde su fundación hace 400 años, pasando por rebeliones populares e indígenas reprimidas a sangre y fuego, y por la época de la fiebre del caucho cuando fue la primera ciudad de América Latina en tener luz eléctrica y su esplendor era tal que era conocida como el “París de los trópicos”. Esta rica historia, unida a la influencia indígena y africana, ha dejado vestigios que, junto a la exuberante selva amazónica que la circunda, hacen de Belém una ciudad muy interesante.

LO QUE MÁS TE GUSTA: La comida. Un atardecer visto desde el río. Las zonas que se van restaurando. Que la orla fluvial se vaya reconquistando y se abran ventanas sobre el río.

LO QUE MENOS NOS GUSTA: La suciedad y un cierto abandono que la emparentan peligrosamente a Nueva Delhi. El Mangal das Garças, sus guarás descoloridos y su nevera para mariposas. El escaso interés oficial por el turismo y el transporte caótico.

CÓMO LLEGAR: Desaconsejable ir por carretera (lectores del blog asaltados en el autobús de São Luís a Belém). Está perfectamente conectada con el resto del país por vía aérea. También se utiliza la vía fluvial desde Manaos o Santarém. Para más detalles, ver cómo viajar a Belém do Pará.

CUIDADO CON: La chuva da tarde, todas las tardes a las tres suele caer una tromba de agua, dura poco, pero acabarás chorreando si no te guareces. Como en toda gran ciudad brasileña no debes descuidar la seguridad. En el Ver-O-Peso actúan carteristas y descuideros.

LUGARES FAVORITOS: Bosque Rodrigues Alves y Parque  Zoobotánico Emilio Goeldi. Complexo Feliz Lusitania. Mercado del Ver-O-Peso. Estação das Docas. La Praça da República un domingo por la mañana. Icoarací.

CONSEJOS:
Si te animas a visitar la ciudad de Belém, te vendrán bien estos consejos de viaje:

* comer en los restaurantes populares del Ver-O-Peso es toda una experiencia y muy barato
* el açai es la comida básica de Belém. Aunque recientemente se ha puesto de moda en el resto del país, lo que se suele vender es un sucedáneo con acompañamientos exóticos. Aquí se toma puro, de preferencia grosso (espeso), y sin más acompañamiento que farinha de mandioca. Si te parece muy amargo puedes ponerle azúcar
* la peor época para viajar es desde diciembre a mayo, cuando puede llover durante todo el día
* aunque la mayor parte del Casco Histórico está sin cuidar, un pequeño recorrido por la rua Siqueira Mendes hasta la Praça do Carmo es recomendable siempre que no descuides la seguridad.
* la pizza de jambú del Café Imaginario, cualquier sorvete de las heladerías Cairú y un pescado amazónico en el Remanso do Peixe integran junto a la comida regional de Lá em Casa una ruta gastronómica de calidad.
* el mejor punto para comprar cerámica marajoara es la pedanía de Icoarací, si buscas algo más sofisticado el Polo Joalheiro Sâo José Liberto es un lugar recomendable por creatividad y variedad.
* Icoarací también tiene una orla donde hay multitud de bares. Es una buena y tradicional alternativa a la también recomendable, pero con menos encanto, Estação das Docas.
* cerca de Belém hay varias islas de fácil acceso como Cotijuba o Mosqueiro que te permitirán conocer la selva amazónica y disfrutar de playas de río con olas.
* se recomienda al que vaya a visitar Belém y el estado de Pará la vacuna contra la fiebre amarilla.

Vía blog.deviajeabrasil.com

La Gran Manzana (The Big Apple)

Escrito el 28 de Agosto de 2010 por turisticut

Nueva York encarna el paradigma de lo moderno, de lo desmesurado, de lo actual. Sueño para muchos, el espejo norteamericano por excelencia, promete paseos entre arquitecturas de dimensiones sobrecogedoras, tentadores escaparates de lujo y algunos de los escenarios más legendarios de la gran pantalla.

LA GRAN MANZANA
Manhattan es, sin lugar a dudas, la zona neoyorquina más renombrada y la que aglutina los enclaves más conocidos de la ciudad. Ciudad dentro de la ciudad, es a la vez centro financiero, comercial y de ocio, y su visita requiere varios días.

En el sur del distrito, hallaremos la tristemente célebre Zona Cero, donde se alzaban las torres que fueron durante años uno de los emblemas de la Gran Manzana” (The Big Apple). Muy cerca, en Battery Park, pueden comprarse los billetes para el ferry que diariamente se acerca a Ellis Island y a la Estatua de la Libertad, icono por excelencia de la ciudad.

Otro de sus símbolos es Central Park, el pulmón en el que sus habitantes “recargan las pilas” jugando, practicando deportes al aire libre u organizando picnics. En las inmediaciones del cruce entre Central Park y la Quinta Avenida se encuentran tres de los monumentos más renombrados de la ciudad: St Patrick’s Cathedral, que contrasta impertinente con el modernismo exacerbado de su entorno, el Rockefeller Center, con su famosa pista de hielo en invierno y la Biblioteca Pública.

LUJO EN LOS ESCAPARATES
Conocer Nueva York es descubrir también las tiendas de lujo que abarrotan sus calles. Uno no debe tener reparo en curiosear sus existencias aunque no tenga pensado comprar nada. El window-shopping es algo habitual en Nueva York. La Quinta Avenida es la calle más chic de la ciudad y todos los grandes de la moda cuentan con su boutique allí. Puede optarse también por los centros comerciales del distrito o por The Garment District, aunque debe evitarse la zona de Times Square donde usualmente se venden artículos de baja calidad a altos precios.

UNA AMPLIA OFERTA CULTURAL
Lejos de la frivolidad que se le imputa, Nueva York es profusa en una cultura abanderada por sus teatros o museos. Los famosos musicales de Broadway o su espectacular Museo de Arte Moderno (MOMA) son buena prueba de ello. Además, lindando con Central Park se expande el Museum Mille, donde se concentran el Metropolitan, el Guggenheim, el Whitney y la Frick Collection.

Vía todoviajar.com

Cataratas del Iguazú, un paseo bajo la luz de la luna

Escrito el 18 de Agosto de 2010 por turisticut

Un paseo a la luz de la luna puede ser inolvidable, pero te aseguro que si lo realizas bajo las impresionantes Cataratas del Iguazú, no lo olvidarás jamás.

En Las escapadas nos proponen ésta aventura, la aventura de realizar un paseo que tiene salidas de último momento dependiendo de la fase lunar. Los paseos se realizan cada noche de luna llena a partir de las 20 horas, siempre y cuando el clima acompañe. Cada tour de los tres que componen la jornada tiene un máximo de 120 personas, afortunados que podrán disfrutar de este maravilloso paisaje natural iluminados por la luz de la luna.

El circuito se realiza en silencio y comienza con un trayecto de 20 minutos en el Tren Ecológico, que conduce hasta la estación Garganta. Luego de una caminata de 1.100 metros se llega a un mirador desde donde se puede apreciar de cerca a la irreverente Garganta del Diablo aprovechando además para escuchar los sonidos de la selva que despierta de noche.

Luego se realiza un recorrido por diversas pasarelas para disfrutar de los diversos saltos de las Cataratas.

Las salidas nocturnas se realizan sólo cinco veces al año, las noches de luna llena. Las próximas serán del 24 al 28 de junio, del 23 al 27 de julio y del 22 al 26 de agosto.

Puedes ver el artículo original en Las escapadas

Top 10 playas más bellas de Brasil

Escrito el 24 de Julio de 2010 por turisticut

Sólo he estado una vez en Brasil, en Pelotas, un pequeño pueblo que hace frontera con Uruguay, pero te aseguro que después de leer esta lista con las Top 10 mejores playas de Brasil me sobran las ganas y me falta tiempo para regresar alguna vez a este fántástico país.

Y creo que si te animas a leerlo, te pasará como a mí. Vamos a ello.

Maceio
Es la capital de Alagoas, uno de los estados más homogéneamente bellos de Brasil.  A tiro de piedra de la ciudad, desde la playa de Pajuçara salen las jangadas –especies de balsas con velas– que van a las piscinas naturales. Al sur, playas de moda como Gunga o Francês y al norte, barra de Santo Antonio (con la célebre y atractiva Praia do Carro Quebrado), São Miguel dos Milagres (con do Toque, Tatuamunha, Lage y Patacho) y la más conocida, Maragogi, con sus vecinas Bitingui, Japaratinga y Peroba, rodeada de coqueiros, justo en el límite con el estado de Pernambuco.

Praia do Espelho
Es una de las más bellas de Brasil, popularizada por quienes instalaron el condominio Outeiro das Brisas. Hoy están no sólo las que pertenecen al complejo privado, sino también las que se instalaron en la playa, a orillas del mar: Enseada do Espelho, Pousada do Baiano y Fazenda Calá, entre otras. Muy románticas y con toques sofisticados, en general están desajustadas en la relación precio-calidad. Una buena opción es alojarse más al norte, en Trancoso o Arraial d’Ajuda e ir por el día. Tenga en cuenta que aún no hay cajeros electrónicos, teléfonos públicos ni almacenes en la zona. El aeropuerto más próximo es el de Porto Seguro.

Balneario de Porto Belo
A 12 km de Bombinhas, está mucho menos concurrido que su famosa vecina. Tiene playas formidables como Caixa d’Aço y Estaleiro. A esta última se llega sólo a pie, y encerrada como está entre piedras y colinas, es garantía de tranquilidad, acompañada de agua y arena claras. Si vas en temporada alta, no te dejes engañar por la promocionada excursión a la isla de Porto Belo y los paseos en escuna (barco) del Porto dos Piratas: son demasiado agitados e incluyen falsos bucaneros y música a todo volumen. En plan tranquilo, mejor apuntarse a una caipirinha en los bares flotantes de Araçá, otra amable playa de las inmediaciones.

Florianópolis
Sólo en Floripa pueden convivir el fenómeno inspirado en Miami de Jurerê Internacional, sus mansiones y sus beach lounges, con las playas salvajes de Lagoinha de Leste, Saquinho o Solidão. Sólo aquí coinciden la gran urbanización de ingleses con los casarios portugueses -vilas açorianas, en realidad- de Santo Antonio de Lisboa y Ribeirão da Ilha, donde, de paso sea dicho, se comen las mejores ostras. En Florianópolis está el surf de Mozambique y Joaquina, la vida noctura de la Lagoa da Conceição y los vestigios arqueológicos de la increíble isla de Campeche, cuyo mar turquesa pelea posiciones con el del Nordeste más preciado.

Ilha Grande
Se trata de una isla de casi 32 km de largo por 14 km de ancho. Para llegar, los viajeros se reúnen cada mañana en la Vila de Abraão –donde se concentran las posadas– y toman alguna de las embarcaciones que salen hasta la playa de Pouso. Desde allí son 20 minutos hasta Lopes Mendes, y recién después la trepada por una trilha estrecha para bajar por un frondoso morro, Santo Antonio. Para regresar, es preciso estar atento a la hora. Los barcos tienen horario fijo y el último sale a eso de las 17:30. Hay otros paseos clásicos a distintas playas: a la verde Aventureiros y Parnaioca (una de las salidas más alejadas), Lagoa Azul, Lagoa Verde y Japariz. Menos frecuentes son las excursiones a Cachadazo o Dois Rios, y menos aún la vuelta completa a la isla, que requiere un grupo armado para prorratear el costo.

Fernando de Noronha
Difícil saber dónde es más linda: si arriba o abajo del agua. Meca del buceo y también de mieleros y amantes de la naturaleza, Noronha es un archipiélago que se jacta de contar con las playas más bonitas –y codiciadas– de Brasil. Llegar y quedarse es caro. Se llega sólo por avión (desde Natal o Recife) y como se trata de un Parque Nacional Marino, hay una tasa de preservación ambiental cuyo importe se hace más caro a medida que se prolonga la estadía. Las posadas económicas arrancan en valores mucho más altos que los del continente, y las de lujo tienen precios astronómicos. Sin embargo, el color del agua y la visión de los morros Dois Irmãos y la Bahía do Sancho, justifican cualquier inversión.

Itacaré
Ya no es el secreto que era hace diez años, pero su geografía de penínsulas rocosas cubiertas de mata atlántica que llegan hasta el mar ha hecho que Itacaré se mantenga entre las mejores de Bahía. El aeropuerto está en Ilhéus, a unos 70 km, y es en el camino a esa ciudad que se detectan las playas más bellas: Itacarezinho, Havaizinho, Engenhoca, Jeribucaçu y la Prainha, delicia de surfistas. Allí también están los grandes resorts como el Txai, el Itacaré Ecoresort y el Village, donde el hotel es parte del condominio de Villas São José. Esa combinación de iniciativa inmobiliaria y turismo que ya se daba en São Paulo y Río, también está pegando fuerte en las playas brasileñas.

Jericoacoara
Dice la leyenda que Jeri se hizo famosa cuando salió como una de las 10 mejores playas del mundo en The Washington Post. Verdad o no, este balneario de nombre difícil y acceso ídem, viene creciendo a grandes pasos y si bien es cierto que conserva sus calles de arena, también lo es que hay paulistas que van por el día, por el sólo hecho snob de decir “conozco Jeri”. Se puede, en efecto, llegar en avioneta, pero casi todos llegan primero a Fortaleza y toman el bus (6 horas) a Jijoca para completar los últimos 20 km en jardineira (una especie de tráiler abierto arrastrado por las dunas por un tractor de grandes ruedas). Jeri merece un mínimo de 3 días para conocer el pueblo, su Duna do Po do Sol –donde todos ven el atardecer– y las vecinas aldeas de Preá y Tatajuba.

Pipa
Se distingue de las demás por sus falésias –acantilados– de arenisca roja, y por su astral, su “onda” internacional. Esta pequeña localidad a 85 km de Natal ha encantado desde siempre a turistas de todo el mundo. Ellos parecen haberse obstinado en mantenerla–casi– como era. Como sea, lo cierto es que en Pipa están tanto la pionera Toca da Coruja, Roteiro do Charme establecido en 1991, como la nueva y sofisticada Kilombo Villas & Spa, en la cercana playa de Sibaúma. Y de siempre, siempre, el bookshop de Cintia Junqueira, una gaúcha sin edad que tiene el mapa estelar tatuado en la espalda y que alquila o canjea (no vende) cualquiera de los 2000 libros que acumuló en su local.

Porto de Galinhas
Antes de ir, informate acerca del horario de las mareas: cuanto más baja esté, mejor. Si vas en temporada alta, sí es importante contar con reserva previa. La oferta de establecimientos es enorme, pero también la ocupación. Por eso los resorts se esmeran en conseguir la fidelidad de sus huéspedes a fuerza de piscinas cada vez más impresionantes. Las posadas sofisticadas están en la Praia do Cupe, mientras que el centro quedó para los establecimientos pequeños, con menos estructura y más próximos a la gran cantidad de restaurantes. Quienes sienten saudade de la aldea de pescadores que Galinhas supo ser, han orientado la brújula hacia Carneiros. Esta ahí nomás y aún conserva parte del espíritu original de su vecina.

Vía El País Viajes

Top 5 destinos playeros en Rocha, Uruguay

Escrito el 21 de Julio de 2010 por turisticut

A lo largo de sus 180 km de costa, el departamento de Rocha, Uruguay, ofrece un puñado de destinos con carácter propio y paisajes ideales para unas vacaciones a puro relax.

Barra de Valizas
Se dice que es la versión cool de Cabo Polonio, porque es el destino elegido por fotógrafos, intelectuales, artistas, homeópatas y europeos.

Durante el día, la playa obliga. El kit básico es un buen mate, libros y una buena dosis de capacidad introspectiva. Los más activos eligen cruzar el arroyo Valizas en bote y subir el cerro de la Buena Vista, desde cuya punta se divisa el “Cabo” y la laguna de Castillos.

El manual del buen valizero establece que todo es comunitario y la rutina, mala palabra, pero fundamentalmente apunta a una tajante oposición a cualquier forma de alumbrado público. Algunas casas con luz eléctrica ya hay, pero muchos prefieren prescindir de ella. Conseguir alojamiento no es tarea sencilla, sobre todo a partir de fines de diciembre. En el hostal frente a la placita recalan los mochileros, las familias eligen alquilar una casa y el resto se las arregla entre dos o tres lugares.

No te pierdas el B&B Lucky Valizas, frecuentado por jóvenes, científicos que buscan conectarse con su costado más sensible y algún ejecutivo camuflado como un bohemio más. La otra opción es la Posada Eireté, de la artista plástica María Antonia Beloso.

Punta del Diablo
La prohibición vigente de construir en la franja costera, mantiene a salvo el encanto multicolor del despliegue de ranchos con techo de paja en el acceso de la playa de La Viuda. Allí se puede encontrar a Ernesto Laguardia, responsable del restaurante El Viejo y el Mar.

Hay citas ineludibles. Una es sentarse en las rocas para ver llegar las barcas anaranjadas cargadas de pescados y camarones. Otra es el paseo al atardecer por la feria de artesanos, para terminar picando algo en Al Pairo, uno de los pocos que conserva a rajatabla la tradición culinaria, en base a miniaturas de pescado y buñuelos de algas.

En cuanto a lo nuevo, hay que rastrear hacia la playa de la Viuda, la favorita de los jóvenes. En esa zona se están sumando casas de estilo racionalista y nuevas posadas, por ejemplo La Viuda del Diablo. Surgió como un bar de playa y fue tomando la forma de un sólido complejo de suites modernas, con jacuzzi y decks que miran al mar.

Si quieres evitar el tumulto, es preciso cruzar hacia Playa Grande (en el norte), una gran bahía de arenas blancas dentro del Parque Nacional Santa Teresa. Para conocer el parque, conviene ir en coche de alquiler o autobús. Son apenas unos minutos para descubrir sus bosques de palmeras que terminan en playas increíbles como La Moza y la del Fuerte de Santa Teresa, esa solidez del siglo XVIII que enorgullece a los uruguayos. A la noche, la movida se concentra cerca de la playa Rivero.

Cabo Polonio
Sin calles, luz eléctrica, teléfono ni agua potable, la única presencia con mayúsculas en Cabo Polonio es la de la naturaleza. La falta de servicios obliga a ejercer la creatividad en todas sus formas; unos buscan formas alternativas de energía, otros hacen honor al reciclaje o pintan las paredes de chapa corroídas por el salitre. Lo que no se tiene se compensa con lazos cooperativos, casi como una obligación social que trasciende afinidades.

La comunidad poloniense es una rica mezcla de tribus: viejos hippies, pescadores, ecologistas, autoexiliados, músicos, artesanos, alternativos. Ahora se han sumado los yuppies, afincados frente a la Playa Sur, zona a la que llaman “Beverly Hills”, con casas más parecidas a las de La Barra esteña que a las del propio Cabo.

Si vas a pasar el día, puedes empezar por Playa Norte y almorzar en el restaurante de la hostería La Perla. Siguiendo por la costa hasta la península, es un clásico subir al faro y observar las tres islas sobre las que se desparrama una importante colonia de lobos marinos. Al atardecer manda Playa Sur, entre guitarreadas y mates.

Buscar donde dormir es parte de la experiencia del Cabo. Algunos llegan con algo reservado y el resto, la mayoría, pulula por todos lados en busca de un rancho desocupado. Entre las posadas, modestas todas, la de Los Corvinos se distingue por originalidad. Los más bohemios acampan alrededor de la  posada La Cañada, en un camping tácito, no habilitado oficialmente.

No dejes de pasar la primera noche sin luz. Es un antes y un después, aseguran. Estrellas y luna reemplazan al alumbrado público, lo mismo que las velas que encienden en cada ranchito, y obligan a imaginar más que a ver.

La Pedrera
Si bien está lejos de las luces y el show off esteño, supo reaccionar rápido y acoger la demanda de un público desertor del turismo de Punta. Entonces comenzaron a proliferar tiendas de diseño, festivales de jazz y cine, y la Posada del Barco (ex Saint Michel) dejó de estar sola para competir con otros alojamientos de categoría.

El rubro gourmet creció tanto que ya se habla de polo gastronómico, si se tiene en cuenta la cocina de autor de Perillán y el flamante John Fonda, para combinar tapas mediterráneas y cerveza frente al mar, sin olvidar la buena mesa de Lajau, el concurrido Dón Rómulo y Costa Brava, catalogado como el mejor por los lugareños.

Anchas las playas, hay para todos los gustos. Desplayado es la más familiar, ideal para los chicos por la bahía que se forma junto a las rocas. La playa del Barco congrega la movida juvenil y a los surfers en particular, pues allí se forman grandes olas. Su proyección es el resto-pub Fulano y su amplio deck a metros del mar, donde el agite sigue hasta pasada la medianoche.

Los que prefieren playas más solitarias se alejan hasta Punta Rubia o Tajamares.

La siguiente escala hacia el este es San Antonio. Su entorno salvaje de monte nativo enamoró a David y María Tezanos Pinto, que un día dejaron Barrio Norte para instalarse con sus hijas aquí y así surgió la Posada San Antonio.

Si la tendencia es lo agreste y semioculto, la Posada Buscavida cumple con ambos criterios. Ubicada en Oceanía del Polonio -a 24 km de La Pedrera-, sólo llega el que le pone ganas, porque la única indicación desde la ruta 10 es un par de carteles que hay que saber descifrar entre los médanos.

Vía lugares de viaje.com

En Irlanda las hadas y los duendes están por todos lados

Escrito el 15 de Julio de 2010 por turisticut

En Irlanda las hadas y los duendes están por todos lados, esperándonos allá donde vayamos. Si te animas a visitarla, vivirás historias mágicas desde el primer momento en el que pises su suelo, y será casi imposible no caer hechizado por algunos de sus monumentos o lugares de interés.

Las más increíbles anécdotas celtas, llenas de asombro y acción tuvieron lugar en tierras irlandesas: apreciar en primera persona el balcón que fue testigo del cuento El balcón que siempre espera, es sólo una de las maravillosas actividades que puedes realizar allí.

Por otro lado, vale la pena aclarar que su gente también vive inmersa en esta maravillosa forma de vida, en la cual lo mágico y lo fantástico se mezclan con lo urbano y lo cotidiano para dar como resultado una experiencia única que nadie debería perderse.

Irlanda es un destino ideal para todos aquellos que deseen darle un poco de aire y alegría al niño que se lleva dentro, sofocado por tanta rutina y exigencias adultas. Un sitio donde la magia y la ilusión no tienen fin.

Vía dondeviajar.com

Praia do Espelho, Bahía (Brasil)

Escrito el 8 de Julio de 2010 por turisticut

Situada a a 25 km de Trancoso, en el Estado de Bahía, Brasil, la espectacular Praia do Espelho, cuyo nombre original era Arao, apellido del patriarca de las familias de pescadores que la habitaban antes de ser conocida turísticamente, deslumbra por sus características naturales: un imponente palmeral contrasta con la seca arena que transcurre paralelamente al calmo y transparente mar repleto de piscinas naturales.

Además, un riachuelo verde desemboca en la parte derecha de la playa generando una imagen digna de una postal de un viaje para recién casados, un folleto de excursiones o algún cuadro paisajístico deslumbrante.

Las pocas posadas que existen en Espelho, se llenan totalmente en el periodo festivo conocido como Reveillon (incluye la semana de Navidad y Nochevieja) y en Carnaval, por lo que si visitas la playa en esta época lo mejor es que reserves alojamiento con anticipación.

pLas posadas mas recomendables son Porto Espelho, Recanto do Espelho o la Pousada do Baiano. Tienen diferentes escalas de precio, pero lo importante es que todas cumplen con los requisitos turísticos imprescindibles para disfrutar de tu estancia.

Pasear por la playa es sin duda una de las mejores actividades en Praia do Espelho. Cuando hay marea baja es posible rodear las rocas del lado izquierdo de la playa para llegar a otras dos buenas playas aledañas: Praia dos Amores, cuyas aguas son, si esto es posible, todavía mas azules que las de Espelho, y Outeiro, otra playa muy recomendable para pasar la tarde.

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