Béjar, capital de la sierra salmantina

Escrito el 6 de Noviembre de 2010 por turisticut

Béjar es una bonita ciudad de Salamanca que destaca, entre otras cosas, por estar situada en un enclave privilegiado, en la falda de la sierra que lleva su mismo nombre. Esto, unido a un rico patrimonio arquitectónico, una rica gastronomía y unas arraigadas tradiciones, la convierten en un destino muy atractivo para realizar una escapada.

Dar un paseo por esta bonita ciudad es obligado ya que encontrarás auténticas joyas como el Palacio de los Duques de Béjar, declarado Monumento Nacional; el antiguo convento de San Francisco, fundado por esta orden en el siglo XIII; varias iglesias de origen románico entre las cuales tenemos que destacar Santa María la Mayor, principal templo de la ciudad o restos de murallas que, levantadas por los musulmanes y reforzadas por Alfonso VIII, se encuentran escondidas en algunas casas o jardines. No te olvides de visitar el Museo Mateo Hernández que, instalado en la antigua iglesia de San Gil, alberga importantes colecciones de pintura.

Ya, en las afueras de la ciudad, un rincón de increíble belleza y que no te puedes perder es la villa de recreo “El Bosque”, un auténtico capricho italiano de Francisco Zúñiga y Sotomayor, Duque de Béjar, que pretendió reproducir un típico jardín renacentista italiano. Así nació esta quinta de verano donde, los bosques, lagos, templetes clásicos y fuentes forman un lugar único considerado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Jardín Histórico.

También en las afueras de la ciudad se encuentra una de las zonas más preciadas por los bejaranos, el Monte de El Castañar. Cuentan que aquí se apareció la Virgen María al pastor Joaquín en el año 1446, hecho que propició que se levantara un santuario el cual alberga la talla de Nuestra Señora del Castañar. Todos los 8 de septiembre hasta aquí suben los lugareños en romería para festejar a su patrona. En las inmediaciones, en la Plaza de toros, considerada la más antigua de España, se celebran espectáculos taurinos.

La visita a Béjar sería incompleta si no visitaras otras de sus bonitas zonas verdes, el Parque forestal de Monte Mario donde se encuentra la iglesia Nuestra Señora del Pilar, objeto de gran devoción. Y a tres kilómetros de la ciudad está situado el Tranco del Diablo, un tajo excavado por el río Cuerpo de Hombre cuyas aguas forman una cascada espectacular entre dos peñascos. Un auténtico paraíso.

Cualquier momento es bueno para visitar esta ciudad de la sierra salmantina, pero si realmente quieres ser partícipe de una de las fiestas más curiosas de la zona, no dudes en dejarte caer por aquí el domingo siguiente al jueves del Corpus. Este día tiene lugar la fiesta de los Hombres del Musgo, que rememora la leyenda de don Yuste, un caudillo cristiano que reconquistó la ciudad un 17 de junio bajando desde el monte oculto por la niebla y cubierto de musgo. En estas fiestas se recoge la hierba que conformará el traje de los seis hombres que, desde primeras horas de la mañana, recorrerán la ciudad.

Vía Dónde viajamos

Hacia el cielo en Aspen, Colorado

Escrito el 3 de Noviembre de 2010 por turisticut

Cuando llega la nieve y empieza la temporada de esquí, Aspen -Colorado- es sin duda un destino clave. Cuando visité esta pequeña localidad por última vez a finales de Septiembre, aún no estaba blanca. En su lugar encontré sus luces encendiéndose al atardecer. Las montañas eran sombras en el fondo y las aceras estaban desiertas. ¿Dónde estaban todos?

Fuera de temporada, Aspen es muy tranquilo, a la par que acogedor. El Sky Hotel y su 39 Degrees bar es posiblemente el lugar más popular para después del esquí en Aspen. Tiene un ambiente relajado, quizás un poco extravagante. Con decoración rústica, y suelo y paredes de madera y pizarra. Los muebles son una mezcla de contemporáneos y sesenteros. Velas titilantes, modernas lámparas y el fuego de una chimenea. Un barman te guiña el ojo y te pregunta si te apetece un “Menage a Trois”, su cocktail especial.

El amanecer en Aspen muestra la vista de la preciosa montaña de Aspen desde la puerta de la panadería de la calle principal. Abierta desde las 7 de la mañana, inunda toda la calle de olor a donuts recién hechos. Me llenaban la taza de café una y otra vez. Preparan unos Eggs Benedict que son una delicia, aunque en realidad, todo lo que hacen está buenísimo. Bagels con salmón ahumado y queso, rosquillas de canela, tarta de nueces…

Es muy atractivo el hecho de que, haga el tiempo que haga, Aspen tiene su encanto. Mis fuentes dicen que la nieve empieza a caer a principios de Diciembre. Así que ya falta poco para que las escenas invernales llenen Aspen de vida.

Consejos:

Los lunes fuera de temporada, Aspen es bastante tranquilo.

Muchos comercios no abren sus puertas, y si lo hacen, es más tarde de lo habitual.

Las tiendas de souvenirs con sus camisetas de ‘I Love Apsen’ sí están siempre abiertas.

Alquilar una bici de montaña es también una buena idea. Hay muchos caminos y rutas que seguir, como ir de Aspen a Snowmass.

Vía Tripwolf

Un paseo a Porches

Escrito el 22 de Octubre de 2010 por turisticut

Porches es un municipio de la ciudad de Lagoa (Algarve) con 15,57 km ² de superficie y casi 2 mil habitantes. Encaramado en una colina a las afueras de la antigua carretera de este a oeste en el Algarve es un poblado que llama la atención.

Los vestigios de la ocupación se remontan al Neolítico, ya que se han encontrado restos en el área de la freguesia. El menhir que está ahora en el jardín de la entrada del Convento de San José, en Lagoa, se encontró en esta zona y en algún momento entre 5000 y 4000 aC .

Según fuentes históricas, la creación real de los Porches estaba en medio del siglo 16, construido por un grupo de colonos que venían de una urbanización más antigua llamada Porches Velho, situada en la freguesia, pero más cerca de la costa. Porches Velho se había ocupado durante la época romana, y en 1253 ya era una ciudad importante, sede de un distrito judicial y con un castillo medieval.

El área de Porches es bien conocida por sus vinos y también por sus canteras de arcilla y talleres de cerámica y de sus habitantes actuales todavía hacen cerámica manteniendo este arte vivo. Cabe anotar que la cerámica se ha vuelto a introducir a la zona cuando los artistas Patrick Swift (que también diseñó las estaciones de la cruz en Porches Iglesia) y Lima de Freitas crearon Porches Cerámica (Olaria Algarve) en 1968, que produjeron esta cerámica pintada a mano.

Con el aumento en el turismo la prosperidad de la industria de la cerámica Porches ha vuelto, y ambos diseños tradicionales y los nuevos estilos artísticos se producen.

Y una de las atracciones principales es la Fortaleza de Nossa Senhora da Rocha (Fuerte de Nuestra Señora de la Roca), también conocida como Castillo de Porches.

Con una ubicación privilegiada, sobre un promontorio que domina la costa, entre la antigua “Ossonoba” (hoy, Faro) y “Lacobriga” (hoy, Lagos), la fuerte protección de la playa y un pequeño puerto, el único acceso a esta parte de la costa. A pesar de la falta de investigaciones arqueológicas, los estudiosos creen que en el momento de la invasión musulmana de la península Ibérica, el sitio ya era una fortificación militar.

Vía absolutportugal.com

¿Viajar a Rumanía?

Escrito el 27 de Septiembre de 2010 por turisticut

Si tenéis pensado viajar a Rumanía próximamente, no os perdáis la quinta edición de la Guía “Rumania”, que Geoplaneta acaba de publicar  bajo licencia de Lonely Planet, quienes conocen este país como la palma de su mano. De nuevo la guía de Geoplaneta nos da un montón de información sobre este destino cada vez más incipiente, que atrapa por sus historias, como la del verdadero Drácula, en la ciudadela de Poienari.

También nos permite conocer pueblos impregnados de arraigadas y centenarias costumbres o disfrutar del maravilloso espectáculo de las migraciones de aves en el delta del Danubio. Además incluye una completa cobertura de Transilvania, un capítulo especial de actividades al aire libre y diferentes consejos para practicar el excursionismo, ciclismo y esquí.

via | lasescapadas.com

Top 10 playas más bellas de Brasil

Escrito el 24 de Julio de 2010 por turisticut

Sólo he estado una vez en Brasil, en Pelotas, un pequeño pueblo que hace frontera con Uruguay, pero te aseguro que después de leer esta lista con las Top 10 mejores playas de Brasil me sobran las ganas y me falta tiempo para regresar alguna vez a este fántástico país.

Y creo que si te animas a leerlo, te pasará como a mí. Vamos a ello.

Maceio
Es la capital de Alagoas, uno de los estados más homogéneamente bellos de Brasil.  A tiro de piedra de la ciudad, desde la playa de Pajuçara salen las jangadas –especies de balsas con velas– que van a las piscinas naturales. Al sur, playas de moda como Gunga o Francês y al norte, barra de Santo Antonio (con la célebre y atractiva Praia do Carro Quebrado), São Miguel dos Milagres (con do Toque, Tatuamunha, Lage y Patacho) y la más conocida, Maragogi, con sus vecinas Bitingui, Japaratinga y Peroba, rodeada de coqueiros, justo en el límite con el estado de Pernambuco.

Praia do Espelho
Es una de las más bellas de Brasil, popularizada por quienes instalaron el condominio Outeiro das Brisas. Hoy están no sólo las que pertenecen al complejo privado, sino también las que se instalaron en la playa, a orillas del mar: Enseada do Espelho, Pousada do Baiano y Fazenda Calá, entre otras. Muy románticas y con toques sofisticados, en general están desajustadas en la relación precio-calidad. Una buena opción es alojarse más al norte, en Trancoso o Arraial d’Ajuda e ir por el día. Tenga en cuenta que aún no hay cajeros electrónicos, teléfonos públicos ni almacenes en la zona. El aeropuerto más próximo es el de Porto Seguro.

Balneario de Porto Belo
A 12 km de Bombinhas, está mucho menos concurrido que su famosa vecina. Tiene playas formidables como Caixa d’Aço y Estaleiro. A esta última se llega sólo a pie, y encerrada como está entre piedras y colinas, es garantía de tranquilidad, acompañada de agua y arena claras. Si vas en temporada alta, no te dejes engañar por la promocionada excursión a la isla de Porto Belo y los paseos en escuna (barco) del Porto dos Piratas: son demasiado agitados e incluyen falsos bucaneros y música a todo volumen. En plan tranquilo, mejor apuntarse a una caipirinha en los bares flotantes de Araçá, otra amable playa de las inmediaciones.

Florianópolis
Sólo en Floripa pueden convivir el fenómeno inspirado en Miami de Jurerê Internacional, sus mansiones y sus beach lounges, con las playas salvajes de Lagoinha de Leste, Saquinho o Solidão. Sólo aquí coinciden la gran urbanización de ingleses con los casarios portugueses -vilas açorianas, en realidad- de Santo Antonio de Lisboa y Ribeirão da Ilha, donde, de paso sea dicho, se comen las mejores ostras. En Florianópolis está el surf de Mozambique y Joaquina, la vida noctura de la Lagoa da Conceição y los vestigios arqueológicos de la increíble isla de Campeche, cuyo mar turquesa pelea posiciones con el del Nordeste más preciado.

Ilha Grande
Se trata de una isla de casi 32 km de largo por 14 km de ancho. Para llegar, los viajeros se reúnen cada mañana en la Vila de Abraão –donde se concentran las posadas– y toman alguna de las embarcaciones que salen hasta la playa de Pouso. Desde allí son 20 minutos hasta Lopes Mendes, y recién después la trepada por una trilha estrecha para bajar por un frondoso morro, Santo Antonio. Para regresar, es preciso estar atento a la hora. Los barcos tienen horario fijo y el último sale a eso de las 17:30. Hay otros paseos clásicos a distintas playas: a la verde Aventureiros y Parnaioca (una de las salidas más alejadas), Lagoa Azul, Lagoa Verde y Japariz. Menos frecuentes son las excursiones a Cachadazo o Dois Rios, y menos aún la vuelta completa a la isla, que requiere un grupo armado para prorratear el costo.

Fernando de Noronha
Difícil saber dónde es más linda: si arriba o abajo del agua. Meca del buceo y también de mieleros y amantes de la naturaleza, Noronha es un archipiélago que se jacta de contar con las playas más bonitas –y codiciadas– de Brasil. Llegar y quedarse es caro. Se llega sólo por avión (desde Natal o Recife) y como se trata de un Parque Nacional Marino, hay una tasa de preservación ambiental cuyo importe se hace más caro a medida que se prolonga la estadía. Las posadas económicas arrancan en valores mucho más altos que los del continente, y las de lujo tienen precios astronómicos. Sin embargo, el color del agua y la visión de los morros Dois Irmãos y la Bahía do Sancho, justifican cualquier inversión.

Itacaré
Ya no es el secreto que era hace diez años, pero su geografía de penínsulas rocosas cubiertas de mata atlántica que llegan hasta el mar ha hecho que Itacaré se mantenga entre las mejores de Bahía. El aeropuerto está en Ilhéus, a unos 70 km, y es en el camino a esa ciudad que se detectan las playas más bellas: Itacarezinho, Havaizinho, Engenhoca, Jeribucaçu y la Prainha, delicia de surfistas. Allí también están los grandes resorts como el Txai, el Itacaré Ecoresort y el Village, donde el hotel es parte del condominio de Villas São José. Esa combinación de iniciativa inmobiliaria y turismo que ya se daba en São Paulo y Río, también está pegando fuerte en las playas brasileñas.

Jericoacoara
Dice la leyenda que Jeri se hizo famosa cuando salió como una de las 10 mejores playas del mundo en The Washington Post. Verdad o no, este balneario de nombre difícil y acceso ídem, viene creciendo a grandes pasos y si bien es cierto que conserva sus calles de arena, también lo es que hay paulistas que van por el día, por el sólo hecho snob de decir “conozco Jeri”. Se puede, en efecto, llegar en avioneta, pero casi todos llegan primero a Fortaleza y toman el bus (6 horas) a Jijoca para completar los últimos 20 km en jardineira (una especie de tráiler abierto arrastrado por las dunas por un tractor de grandes ruedas). Jeri merece un mínimo de 3 días para conocer el pueblo, su Duna do Po do Sol –donde todos ven el atardecer– y las vecinas aldeas de Preá y Tatajuba.

Pipa
Se distingue de las demás por sus falésias –acantilados– de arenisca roja, y por su astral, su “onda” internacional. Esta pequeña localidad a 85 km de Natal ha encantado desde siempre a turistas de todo el mundo. Ellos parecen haberse obstinado en mantenerla–casi– como era. Como sea, lo cierto es que en Pipa están tanto la pionera Toca da Coruja, Roteiro do Charme establecido en 1991, como la nueva y sofisticada Kilombo Villas & Spa, en la cercana playa de Sibaúma. Y de siempre, siempre, el bookshop de Cintia Junqueira, una gaúcha sin edad que tiene el mapa estelar tatuado en la espalda y que alquila o canjea (no vende) cualquiera de los 2000 libros que acumuló en su local.

Porto de Galinhas
Antes de ir, informate acerca del horario de las mareas: cuanto más baja esté, mejor. Si vas en temporada alta, sí es importante contar con reserva previa. La oferta de establecimientos es enorme, pero también la ocupación. Por eso los resorts se esmeran en conseguir la fidelidad de sus huéspedes a fuerza de piscinas cada vez más impresionantes. Las posadas sofisticadas están en la Praia do Cupe, mientras que el centro quedó para los establecimientos pequeños, con menos estructura y más próximos a la gran cantidad de restaurantes. Quienes sienten saudade de la aldea de pescadores que Galinhas supo ser, han orientado la brújula hacia Carneiros. Esta ahí nomás y aún conserva parte del espíritu original de su vecina.

Vía El País Viajes

Top 5 destinos playeros en Rocha, Uruguay

Escrito el 21 de Julio de 2010 por turisticut

A lo largo de sus 180 km de costa, el departamento de Rocha, Uruguay, ofrece un puñado de destinos con carácter propio y paisajes ideales para unas vacaciones a puro relax.

Barra de Valizas
Se dice que es la versión cool de Cabo Polonio, porque es el destino elegido por fotógrafos, intelectuales, artistas, homeópatas y europeos.

Durante el día, la playa obliga. El kit básico es un buen mate, libros y una buena dosis de capacidad introspectiva. Los más activos eligen cruzar el arroyo Valizas en bote y subir el cerro de la Buena Vista, desde cuya punta se divisa el “Cabo” y la laguna de Castillos.

El manual del buen valizero establece que todo es comunitario y la rutina, mala palabra, pero fundamentalmente apunta a una tajante oposición a cualquier forma de alumbrado público. Algunas casas con luz eléctrica ya hay, pero muchos prefieren prescindir de ella. Conseguir alojamiento no es tarea sencilla, sobre todo a partir de fines de diciembre. En el hostal frente a la placita recalan los mochileros, las familias eligen alquilar una casa y el resto se las arregla entre dos o tres lugares.

No te pierdas el B&B Lucky Valizas, frecuentado por jóvenes, científicos que buscan conectarse con su costado más sensible y algún ejecutivo camuflado como un bohemio más. La otra opción es la Posada Eireté, de la artista plástica María Antonia Beloso.

Punta del Diablo
La prohibición vigente de construir en la franja costera, mantiene a salvo el encanto multicolor del despliegue de ranchos con techo de paja en el acceso de la playa de La Viuda. Allí se puede encontrar a Ernesto Laguardia, responsable del restaurante El Viejo y el Mar.

Hay citas ineludibles. Una es sentarse en las rocas para ver llegar las barcas anaranjadas cargadas de pescados y camarones. Otra es el paseo al atardecer por la feria de artesanos, para terminar picando algo en Al Pairo, uno de los pocos que conserva a rajatabla la tradición culinaria, en base a miniaturas de pescado y buñuelos de algas.

En cuanto a lo nuevo, hay que rastrear hacia la playa de la Viuda, la favorita de los jóvenes. En esa zona se están sumando casas de estilo racionalista y nuevas posadas, por ejemplo La Viuda del Diablo. Surgió como un bar de playa y fue tomando la forma de un sólido complejo de suites modernas, con jacuzzi y decks que miran al mar.

Si quieres evitar el tumulto, es preciso cruzar hacia Playa Grande (en el norte), una gran bahía de arenas blancas dentro del Parque Nacional Santa Teresa. Para conocer el parque, conviene ir en coche de alquiler o autobús. Son apenas unos minutos para descubrir sus bosques de palmeras que terminan en playas increíbles como La Moza y la del Fuerte de Santa Teresa, esa solidez del siglo XVIII que enorgullece a los uruguayos. A la noche, la movida se concentra cerca de la playa Rivero.

Cabo Polonio
Sin calles, luz eléctrica, teléfono ni agua potable, la única presencia con mayúsculas en Cabo Polonio es la de la naturaleza. La falta de servicios obliga a ejercer la creatividad en todas sus formas; unos buscan formas alternativas de energía, otros hacen honor al reciclaje o pintan las paredes de chapa corroídas por el salitre. Lo que no se tiene se compensa con lazos cooperativos, casi como una obligación social que trasciende afinidades.

La comunidad poloniense es una rica mezcla de tribus: viejos hippies, pescadores, ecologistas, autoexiliados, músicos, artesanos, alternativos. Ahora se han sumado los yuppies, afincados frente a la Playa Sur, zona a la que llaman “Beverly Hills”, con casas más parecidas a las de La Barra esteña que a las del propio Cabo.

Si vas a pasar el día, puedes empezar por Playa Norte y almorzar en el restaurante de la hostería La Perla. Siguiendo por la costa hasta la península, es un clásico subir al faro y observar las tres islas sobre las que se desparrama una importante colonia de lobos marinos. Al atardecer manda Playa Sur, entre guitarreadas y mates.

Buscar donde dormir es parte de la experiencia del Cabo. Algunos llegan con algo reservado y el resto, la mayoría, pulula por todos lados en busca de un rancho desocupado. Entre las posadas, modestas todas, la de Los Corvinos se distingue por originalidad. Los más bohemios acampan alrededor de la  posada La Cañada, en un camping tácito, no habilitado oficialmente.

No dejes de pasar la primera noche sin luz. Es un antes y un después, aseguran. Estrellas y luna reemplazan al alumbrado público, lo mismo que las velas que encienden en cada ranchito, y obligan a imaginar más que a ver.

La Pedrera
Si bien está lejos de las luces y el show off esteño, supo reaccionar rápido y acoger la demanda de un público desertor del turismo de Punta. Entonces comenzaron a proliferar tiendas de diseño, festivales de jazz y cine, y la Posada del Barco (ex Saint Michel) dejó de estar sola para competir con otros alojamientos de categoría.

El rubro gourmet creció tanto que ya se habla de polo gastronómico, si se tiene en cuenta la cocina de autor de Perillán y el flamante John Fonda, para combinar tapas mediterráneas y cerveza frente al mar, sin olvidar la buena mesa de Lajau, el concurrido Dón Rómulo y Costa Brava, catalogado como el mejor por los lugareños.

Anchas las playas, hay para todos los gustos. Desplayado es la más familiar, ideal para los chicos por la bahía que se forma junto a las rocas. La playa del Barco congrega la movida juvenil y a los surfers en particular, pues allí se forman grandes olas. Su proyección es el resto-pub Fulano y su amplio deck a metros del mar, donde el agite sigue hasta pasada la medianoche.

Los que prefieren playas más solitarias se alejan hasta Punta Rubia o Tajamares.

La siguiente escala hacia el este es San Antonio. Su entorno salvaje de monte nativo enamoró a David y María Tezanos Pinto, que un día dejaron Barrio Norte para instalarse con sus hijas aquí y así surgió la Posada San Antonio.

Si la tendencia es lo agreste y semioculto, la Posada Buscavida cumple con ambos criterios. Ubicada en Oceanía del Polonio -a 24 km de La Pedrera-, sólo llega el que le pone ganas, porque la única indicación desde la ruta 10 es un par de carteles que hay que saber descifrar entre los médanos.

Vía lugares de viaje.com

Mejores playas para surfers en Australia

Escrito el 16 de Junio de 2010 por turisticut

Australia cuenta con algunas de las mejores playas del planeta para practicar surf, tanto por su belleza natural como por la calidad de sus olas. Bañadas por el Pacífico, el Antártico sur y el Índico, las costas de Australia  son el destino soñado de  la mayoría de los surfers de todo el mundo, y desde aquí os propongo hacer un recorrido por las mejores.

Para empezar, partiendo desde Melbourne, las mejores olas las encontraremos en Península de Bellarine, la puerta de acceso a la Costa del Surf de Bictoria. Muchos surfers se pueden emocionar recorriendo la carretera Great Ocean para desbubrir Bells Beach, Jan Juc, Point Impossible y Point Danger, con nombres por demás sugerentes. Otras de las mejores playas para practicar surf las encontraremos en Warnambool, Port Fair y Portland.

Vídeo Australia Surfing

Siguiendo nuestra búsqueda del paraíso, nos trasladaremos a la Gold Coast australiana, para descubrir las mejores playas de Queensland: en Snapper Rocks Superbank encontraremos algunas de las olas más altas del mundo, no aptas para inexpertos. Otro secreto de Australia, para elevar el surf a sus máximos estándares, lo descubriremos en Trigg Island, en Australia Occidental. No muy lejos, Strickland Bay también es un destino de ensueño para encarar con la tabla.

Al sur de Australia, uno de los paraísos del surf se encuentra dentro del Parque Nacional de Innes, en la península de York. La particularidad, es que además de enormes olas, el paisaje y las costas vírgenes suman y mucho para hacer del lugar un destino inolvidable. Para finalizar, otra tierra mítica del surf es Tasmania.

Entre tantas opciones, la isla de Bruny muestra grandes rompientes en Coludy Bay, aunque en general, en ésta zona, las olas siempre tienen un escala cercana a lo enorme, con la contrapartida de una temperatura del agua más fría.

En cualquiera de los puntos cardinales, Australia confirma ser uno de los mejores destinos de surf del planeta, nada menos. Quizás, una de las mejores regiones del planeta para recorrer palmo a palmo su costa, y con la tabla siempre a mano.

Vía locuraviajes.com

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